16 ene 2013

Carta de una madre a su hija:



Mi querida hija, el día que me veas vieja, te pido... por


 favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de

entenderme. Si cuando hablamos, repito lo mismo mil

 veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo

 contaste” solamente escúchame por favor. Y recordar

 los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma

 historia, noche tras noche hasta que te quedabas

 dormida. Cuando no me quiera bañar, no me regañes

 y por favor no trates de avergonzarme, solamente

 recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con

 miles de excusas para que te bañaras cuando eras

 niña. Cuando veas mi ignorancia ante la nueva

 tecnología, dame el tiempo necesario para aprender
,
 y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de

 desesperada. Recuerda mi querida, que yo te enseñé

 a hacer muchas cosas como comer apropiadamente
,
 vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y

 lidiar con la vida. El día que notes que me estoy

 volviendo vieja, por favor, ten paciencia conmigo y

 sobre todo trata de entenderme. Si ocasionalmente

 pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame

 el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te

 pongas nerviosa, impaciente o arrogante. Solamente

ten presente en tu corazón que lo más importante 

para mí es estar contigo y que me escuches. Y cuando

 mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar

 como antes, dame tu mano, de la misma manera que 

yo te las ofrecí cuando diste tus primero pasos
.
 Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o

 incompetente de verme así, sólo te pido que estés

 conmigo, que trates de entenderme y ayudarme

 mientras llego al final de mi vida con amor. Y con

 gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que

 tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo

 agradeceré. Con una enorme sonrisa y con el inmenso

 amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte

 que te amo, mi querida hija ♥.♥